CIENCIA Y TECNOLOGIA 
12 de Junio de 2001
 
 
Estudiaron genes de indígenas americanos 
Comprueban que pueblos andinos comparten ADN 

Científicos latinoamericanos confirmaron por primera vez que los diversos grupos étnicos de la zona andina, que desarrollaron extensas rutas comerciales, no sólo compartieron una identidad cultural similar sino que también una biológica, reflejada en una misma estructura de ADN.
 

D.G.A.
 


Los grupos étnicos de la zona andina de Sudamérica comparten, además de una lengua y cultura común, un pasado genético similar. La investigación que se realiza en Brasil confirma -por otra parte- que los pueblos del Amazonas casi no comparten este parentesco cromosómico.

 (Foto: COPESA)

Tribus aisladas del amazona
A diferencia de las poblaciones de Los Andes, los indígenas que habitaron la zona amazónica (el centro de Brasil y el Chaco en Paraguay), poseen una mayor diversidad cultural entre las poblaciones como también una mayor diferenciación genética, a pesar de que no estaban tan distantes unos de otros. Una de las explicaciones, según indica Fabricio dos Santos, es que las condiciones ambientales presentes en la región del Amazona, dificultaron la interacción entre las comunidades.

 Además estos pueblos desarrollaron una incipiente agricultura -comparada con los pueblos andinos- por que probablemente tuvieron menos intercambio comercial. "La paleoecología nos muestra que con el fin de la última glaciación ( hace 12 mil años), la selva pobló gran parte del Amazona, lo que dejó a las poblaciones aisladas unas de otras, lo que hizo muy difícil la migración, el intercambio cultural y la posible mezcla entre individuos de diferentes tribus. Por lo tanto, hubo un menor intercambio de genes", asegura dos Santos.

 

Una historia genética de los pueblos originarios de América Latina, están realizando científicos en Brasil, con el fin de conocer con mayor detalle el pasado sudamericano más allá de la cultura y la lengua que nos unen.

 "Nosotros hacemos una especie de arqueología molecular y esto es posible porque las vicisitudes demográficas por las que una población pasa, dejan una huella en la distribución de sus genes. A través del análisis del ADN, logramos reconocer esas huellas que nos dicen qué aconteció en el pasado", señala a La Tercera, el genetista peruano Eduardo Tarazona, de la Universidad Federal de Minas Gerais en Brasil (Ufmg) y líder de la investigación.

 El trabajo se basó en identificar variaciones en el ADN de partes de cromosomas Y (que sólo los hombres tienen y heredan a los hijos varones) obtenidos de 226 individuos nativos de América. 169 pertenecen a poblaciones peruanas de Los Andes (quechuas), a los indios capayas de Ecuador y varias poblaciones brasileñas (Xavante, Wai-Wai, Karitiana, Ticuna, Gaviao, Zoro y Surui). El resto son de tribus argentinas y paraguayas, analizadas antes por científicos argentinos.
 
 

Flujo de genes

A partir de los datos obtenidos de las variaciones genéticas, los investigadores confirmaron por primera vez, que las poblaciones andinas además de compartir una identidad cultural tienen una historia genética común. "Existe un flujo de genes en Los Andes, que no aconteció en otras regiones sudamericanas. Porque además de experimentar un intercambio de ideas, hubo también un intercambio de individuos entre las poblaciones andinas que se encontraban a kilómetros de distancia", asegura el genetista Fabricio dos Santos coordinador del estudio.

 Tarazona agrega que estos pueblos que hablan lenguas similares, que cultivaron productos agrícolas parecidos en el mismo período de tiempo, que domesticaron y criaron los mismos animales y que, además, construyeron ciudades con características compartidas, son las etnias que han intercambiado más genes. "Esto se dio en Los Andes, pero no así en el este del continente, especialmente en la región del Amazona, donde los pueblos presentan una significativa diferenciación genética".

 La explicación se originaría 10 mil años atrás. "En ese entonces los glaciares liberaron Los Andes, permitiendo que las poblaciones humanas se asentaran en el lugar y desarrollaran un complejo cultural -y biológico según esta investigación- común que facilitó las migraciones", explica el investigador.
 
 

Rutas comerciales

Con el inicio de la agricultura en la región Andina (6 mil años atrás) los pueblos comenzaron un rico intercambio comercial, estableciendo rutas mercantiles entre ellos, favoreciendo el desarrollo de una identidad cultural común. Esta se manifestó con mayor fuerza en el siglo XV, con el esplendor del Imperio Inca, que desarrolló una ruta integradora de más de 3.000 kilómetros desde Ecuador hasta Chile. Y es esta interacción la que -según los expertos- se reflejó en la estructura genética de las etnias andinas.

 Para complementar el estudio, los genetistas están investigando la variabilidad del ADN mitocondrial que otorga la información sobre los linajes maternos. "Estamos analizando los datos para comprender que sucedió en Sudamérica desde el punto de vista de la historia de las mujeres, que no necesariamente tienen los mismos patrones migratorios de los hombres", concluye Eduardo Tarazona.

 

 

latercera@copesa.cl
Derechos reservados COPESA
Este sitio es parte de la red Terra Networks Chile S.A.